Notas de
autor: Aclarar que nunca he tenido muy claro la cronología de acontecimientos
según blizzard y estaba convencida de que entre la apertura del portal oscuro
(BC) y el Cataclismo habían pasado varias generaciones. El relato lo construí según mi percepción del paso del tiempo. En
base a este; entre el asalto a Corona de hielo y el asedio a Orgrimar ha pasado
el suficiente tiempo para que Yuhe (Elfo de sangre de longevidad más extensa
que la humana que tampoco tengo muy
claro cuánto más) Nazca y se haga adulto.
Cap. 3
Demonio.
Zerth cerró
los ojos y por un instante quedó petrificado. Al abrirlos de nuevo, sus ojos
habían cambiado. Eray era incapaz de mirarle directamente, era como si otro ser
la observara desde el infinito. La postura señorial de su padre cambió a una
más relajada. Se apoyo en la mesa y tamborileó con los dedos.
- ¿Si? Ama-
el demonio sonrió divertido.
- Se que sigues manipulando la voluntad de mi
padre y que mi vinculo contigo no es lo
suficiente mente fuerte para mantenerte sometido por completo. ¿Qué tramas
Razíd?
- Terminar
lo que empecé.- Respondió en tono despreocupado.
- Ya tienes
un nombre*- Los temores de Eray se hacían cada vez más certeros.
- Débil, incompleto. Aunque sólo es una ínfima
parte del todo. Corregible - El demonio avanzó unos pasos con aire distraído -
El paladín Koga solo consiguió retrasarme. Tenía que haberse cerciorado de que
no dejaba descendencia antes de...-hizo un gesto con el pulgar alrededor de su
cuello y sonrió.- Una lástima. ¿No crees?
Eray no se
movió. No iba a permitir que notase la punzada de miedo que le invadía. El plan
de Koga no había funcionado.
- No puedes
dañar a ningún Runaplata, hiciste un juramento arcano. Ninguna criatura ligada
a la magia puede romperlo.
- He superado
obstáculos mayores, me las puedo apañar - Razíd ladeó la cabeza y su sonrisa se hizo más amplia - El universo
tiene infinitos caminos paralelos.
Las conversaciones con Razíd siempre estaban
llenas de metáforas, acertijos y respuestas esquivas. Siempre que le
interrogaba sobre sus orígenes e intenciones respondía en su extraña lengua
bajo el pretexto de que la verdad solo podía decirse con las verdaderas
palabras. Esto sacaba de quicio a Eray pero se mantuvo firme.
-No voy a
permitir que utilices a Yuhe ni a nadie.
- El joven
paladín no hará nada que no quiera hacer - Se acercó más a la sacerdotisa - Mi
querida niña - Estaba delante de ella. Se inclinó para susurrarle al oído - El
juego sigue. Tendrás que darte prisa - Acarició el rostro de la mujer - Se te
acaba el tiempo.
-Retírate y
no vuelvas hasta que seas llamado- Eray se aparto de su contacto asqueada.
- Si, ama-
Razíd hizo una leve reverencia y el cuerpo del brujo volvió a quedar congelado
un breve instante.
Eray giró
en redondo, sin mediar palabra se dirigió hacia una mesita. Cogió papel y
garabateó un par de notas. Se miró las manos. La edad empezaba a cubrirlas de
manchas resultado de su herencia humana. El maldito demonio tenía razón, su
tiempo se esfumaba.
Ya en el
pasillo pidió a un sirviente que entregase las notas a los destinatarios.
-o-
Yrena subió
a toda prisa la escalera que conducía a la segunda planta. Miró hacia atrás asegurándose
que nadie la veía. Era fácil escabullirse por los pasillos de aquella enorme
mansión vestigio de los días de gloria del pueblo Sindorei.
Se
introdujo con sigilo por una pequeña puerta en el extremo más alejado de la
planta. Eray la esperaba.
- ¡Increíble!
Tu padre ha pateado los derechos patrimoniales de su hermana, mi madre, que
lleva ocupándose de las bodegas toda la vida- Dijo Yrena cuando estuvo junto a
Eray.
- Si, si
pero baja la voz y centrémonos en lo que importa.- la chistó- ¿Conseguiste
traducir las palabras del demonio?
- No. Según
los expertos que he consultado no parece lengua conocida. Solo los eremitas
pandaren distinguieron cierto dialecto de la era de los Sha pero nada en
concreto, sin embargo...- Yrena le tendió un rollo de pergamino - Encontré un
escrito que me llamó la atención. Habla de un ser aparecido durante el reinado
del emperador Shaohao
llamado Daijitsu, el devora ánimas o Demonio de las mil dimensiones. Se apodera
de la forma física de las almas que adsorbe.
Las dos
mujeres estudiaban el manuscrito con atención en la pequeña sala. Una voz se
elevó tras el hombro de Eray.
-Nunca vi a
una sacerdotisa que se interesase tanto por los demonios.
Eray dio
tal respingo que tiró la silla en la que estaba sentada.
- Y te
aseguro que conozco gente muuuy rara- Dhante sonrió.
- ¡Por
todos los dioses Dhante! No vuelvas a acercarte así.
Yrena
comenzó a recoger los escritos que se habían desperdigado con el susto. Dhante
intentó echarles un ojo, Eray se interpuso.
- ¿Tienes
lo que te encargué?
- ¿Lo
dudabas?- Dhante sacó de su chaquetilla de cuero un grueso cuaderno bastante
manoseado. Leyó en voz alta- "Diarios de campo. Terrallende" escrito
por un tal... Zerth Runaplata. Un libro muy interesante. -Dhante enarco una
ceja con curiosidad-¿Le vas a regalar al viejo su extraviado diario después de
que te ha desheredado? Eso es amor de hija.
- Así es.
Dame el libro - Eray extendió la mano impaciente.
- Me temo
que su precio a subido- Dhante levantó el brazo poniendo el diario fuera del
alcance - He tenido que seducir a una bruja enana para conseguirlo y eso es una
dificultad añadida lo que encarece el precio.
- ¡Puag!
¡Hermano, eres capaz de tirarte a una naga!-
Yrena hizo una mueca de repugnancia.
- Si me
paga.- Dhante se encogió de hombros si darle importancia al comentario- Y
hablando de pagar; me he cruzado con un par de tipos con interés en libros
exóticos. Me pregunto...
-¡Está bien!
¡Está bien! - Eray comenzó a maldecir para sí- Maldito traficante. No respetas
ni a tu sangre.
-o-
* Hace referencia a los viejos tiempos en que
los brujos se ganaban a sus demonios en misiones, creo que ya no es así.